Recibir un diagnóstico positivo de VIH puede ser una experiencia que cambie la vida y afecte al bienestar emocional de una persona. Afrontar el VIH suele implicar lidiar con el duelo, una respuesta natural a la pérdida que puede manifestarse en distintas etapas como negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Aunque el viaje de cada persona con el VIH y el duelo puede ser único, es esencial reconocer y abordar estas emociones para apoyar la salud y el bienestar general. Exploremos las distintas etapas del duelo que puede experimentar una persona con VIH y ofrezcamos ideas prácticas y estrategias de afrontamiento para ayudar a las personas a gestionar su diagnóstico y llevar una vida sana y plena.
Denegación
La negación es una reacción habitual cuando se recibe un diagnóstico de VIH. Puede que sientas que estás aturdido, que no es real o que le está ocurriendo a otra persona. Aunque la negación puede ser una respuesta natural al recibir esta noticia, permanecer en esta fase puede ser perjudicial para su bienestar general. Es importante reconocer las distintas emociones que acompañan a la negación. Puede intentar evitar las citas médicas o los medicamentos, lo que podría acelerar la progresión de la enfermedad.
Esta etapa puede ser una pendiente resbaladiza si se prolonga en el tiempo y puede conducir a un empeoramiento de la salud física y mental. La fase de negación puede durar unos días o semanas y es una respuesta natural para alguien que intenta dar sentido a un diagnóstico que le ha cambiado la vida. Es esencial reconocer estas emociones y permitirse procesarlas antes de pasar a la siguiente etapa del duelo.
Ira
Es comprensible sentir traición, frustración y amargura cuando te diagnostican el VIH por primera vez. La ira es una respuesta natural al diagnóstico, pero es esencial no dejar que te consuma por completo. Muchas personas pueden preguntarse por qué les ocurre esto, sentirse enfadadas consigo mismas o luchar contra sentimientos de culpa. Algunas personas pueden enfadarse con otras, al sentirse traicionadas por aquellos en quienes confían. Es esencial reconocer estas emociones y comprender que cada persona tiene diferentes mecanismos de afrontamiento.
Es importante recordar que la ira es un sentimiento transitorio. Con el tiempo, la intensidad y la frecuencia de estas emociones pueden disminuir. Canalizar tu ira en acciones positivas, como la sensibilización sobre el VIH o el voluntariado en centros de apoyo locales, puede ayudarte a sentirte capacitado y a recuperar el control de tu vida.
Negociación
En esta fase, es habitual intentar hacer tratos con el destino o con un poder superior en un intento de posponer o revertir el diagnóstico. Las personas pueden hacerse promesas a sí mismas, a sus seres queridos o incluso a Dios si se libran de la enfermedad. El regateo es una respuesta natural al diagnóstico, y puede ayudar a las personas a tener una sensación de control sobre una situación abrumadora. Sin embargo, es crucial reconocer que es poco probable que la negociación cambie el resultado del diagnóstico.
Cuando se experimenta el regateo, es importante reconocer estas emociones y comprender que cada persona tiene diferentes mecanismos de afrontamiento. Una forma de gestionar esta fase es centrarse en la búsqueda de opciones de tratamiento y formas de controlar la enfermedad. Esto podría incluir consultar a un especialista en VIH, revisar la investigación científica pertinente sobre el VIH y comprender las opciones de tratamiento disponibles.
Depresión
Esta etapa del duelo puede provocar sentimientos de desesperanza, impotencia, culpa, vergüenza, soledad y amargura. No es infrecuente que una persona con VIH sufra depresión debido al estigma y la discriminación asociados a la enfermedad. La depresión puede afectar a la calidad de vida de una persona, por lo que es importante buscar ayuda profesional si es necesario. La medicación, el asesoramiento o la terapia y los grupos de apoyo pueden ser útiles para tratar la depresión y otros problemas de salud mental.
Saber qué está ocurriendo en su cuerpo y qué puede esperar en el futuro puede prepararle para hacer frente a los diversos efectos secundarios de la enfermedad. Un profesional sanitario que entienda el VIH y cómo afecta al organismo de una persona es un valioso recurso de información y asesoramiento. Seguir un plan de tratamiento, mantener un estilo de vida saludable y mantener las relaciones sociales puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión.
Aceptación
Asumir la realidad del diagnóstico y aprender a vivir con él de forma saludable. También implica encontrar formas de hacer frente a cualquier emoción residual, como el miedo o la tristeza, que pueda quedar después de procesar todas las demás etapas del duelo. La aceptación no significa que una persona esté contenta con su diagnóstico, sino que ha llegado a un punto de comprensión y se compromete a gestionar la enfermedad.
El proceso de duelo no es lineal, y a veces puede sentirse frustrado si se encuentra volviendo a una etapa, en ocasiones.
A la hora de afrontar el duelo, lo siguiente puede ser útil en cualquier etapa:
1. Tómate tiempo para procesar tus emociones: Aunque es importante buscar atención médica lo antes posible, también debes tomarte el tiempo necesario para procesar tus emociones. Apóyate en amigos y familiares que te apoyen o considera la posibilidad de hablar con un terapeuta o líder espiritual. Un grupo de apoyo también puede proporcionar un espacio seguro para hablar de tu experiencia con otras personas que estén pasando por una situación similar. También puedes encontrar grupos de apoyo en línea fiables para quienes viven con el VIH.
2. Buscar atención médica: Aceptar el diagnóstico significa tomar las medidas pertinentes para recibir la atención médica adecuada. Busca un especialista en VIH que tenga experiencia trabajando con pacientes de VIH/SIDA. Evaluarán su estado, le darán directrices sobre la prevención del VIH e iniciarán el tratamiento si es necesario. La negación puede llevar a retrasar la atención médica y el tratamiento, con el consiguiente aumento del riesgo de transmisión y progresión de la enfermedad.
3. Infórmate: Aprende todo lo que puedas sobre el VIH, para saber cómo controlarlo y tratarlo. Hable con su profesional sanitario e investigue por su cuenta. Comprender todos los hechos relevantes le ayudará a aceptar y gestionar adecuadamente su enfermedad.
4. Cambie su mentalidad: La aceptación de cualquier diagnóstico comienza con un cambio mental que se aleja de la fase de negación. Recuerda que el diagnóstico del VIH no te define. El VIH es una enfermedad crónica controlable, y la mayoría de las personas seropositivas llevan una vida larga y sana con los cuidados adecuados.
Afrontar el duelo de un diagnóstico de VIH es un viaje que requiere paciencia, tiempo y la voluntad de comprometerse a gestionar la situación física y emocionalmente. Está bien buscar ayuda para gestionar los aspectos emocionales del diagnóstico, y es esencial practicar el autocuidado para llevar una vida sana y plena. Recuerda que el viaje de cada persona es único y que es importante encontrar lo que mejor funciona para ti. Existe una comunidad de apoyo y, con los recursos y el apoyo adecuados, es posible llevar una vida sana y plena incluso con el VIH. Reconociendo las distintas etapas del proceso de duelo por el VIH, buscando el apoyo y la atención adecuados, gestionando las emociones y practicando el autocuidado, las personas pueden aprender a gestionar su diagnóstico y llevar una vida sana y plena.
