La PrEP es segura y bien tolerada por la mayoría de las personas. Se utiliza desde 2004 para ayudar a las personas que ya viven con el VIH. Sin embargo, puede causar efectos secundarios leves, como dolores de estómago, de cabeza y pérdida de peso. En un pequeño número de personas, puede causar problemas renales u óseos. Si crees que tienes alguno de estos efectos secundarios de la PrEP, ponte en contacto con tu médico.
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